El San Jacobo es un platillo típico de la gastronomía Suiza, debe su nombre al apóstol Santiago patrono de Basilea. Consiste en carne de ternera que envuelve jamón y queso y luego es rebozado en huevo y pan molido.
Se conoce con este término culinario a la parte del cuarto posterior de algunos animales (cordero, vacuno, etc). Se extiende desde las patas traseras hasta la últimas costillas.